jueves, 20 de noviembre de 2008
F. A. Hayek. Los Fundamentos de la libertad, cap I
F. A. Hayek. Los Fundamentos de la libertad, cap I
Mercado negro
Los economistas Austríacos tienen un profundo aprecio por el mercado libre. Sin embargo, sus opositores presentan fuertes argumentos para "regular" o intervenir el mercado: razones éticas, la incapacidad del mercado para generar pleno empleo, su énfasis en el lucro, su incapacidad de producir una justa y equitativa distribución de la riqueza. ¿Qué piensa de estos argumentos?
La mayoría de los argumentos económicos para regular el mercado descansan presuntamente sobre bases de eficiencia. La intervención del mercado no es necesaria para promover eficiencia, por el contrario, tiende a impedirla. En cuanto a los argumentos éticos, la economía no es una ciencia de la ética. Yo pienso que la mayoría de las objeciones éticas en contra del mercado son el resultado de la incomprensión de su alcance. Es verdad que se pueden plantear objeciones éticas sobre los deseos de los consumidores, que puede parecer justificado interferir el mercado, con la publicidad, con la calidad de lo que se produce y vende, supuestamente por el bien del consumidor. Esto descansa en premisas filosóficas que fácilmente pueden definirse como paternalismo, y no hay nada en la ciencia económica que nos diga que éste es malo. Yo creo que la mayoría de los que participan en la economía no desean estar sujetos al paternalismo. Creo que criticar al mercado por aquello que los consumidores desean comprar, es un argumento que cae por si mismo ante la opinión de la mayoría de los consumidores.
De Israel Kirzner. Entrevista para El Periódico, 1997
Propano continua con precios altos
Precios Altos
Esta es una noticia de prensa libre del pasado 8 de agosto del 2008
He usado deliberadamente la palabra «maravilla» para sacar al lector de la complacencia con la cual a menudo damos por sentado el funcionamiento del mecanismo de precios. Estoy convencido de que si este mecanismo fuera resultado de acciones humanas deliberadas y si las personas que se guían por los cambios de precios comprendieran que sus decisiones tienen significación mucho más allá de sus objetivos inmediatos, este mecanismo hubiera sido aclamado como uno de los más grandes logros del intelecto humano. Pero tiene el doble infortunio de no ser producto de la deliberación humana y de que las personas que se guían por él generalmente no saben por qué son inducidos a hacer lo que hacen. Pero aquellos que exigen «dirección consciente» y quienes no pueden creer que algo que ha evolucionado sin acciones conscientes (y aún sin que los comprendamos), puede resolver problemas que no podemos resolver conscientemente deben recordar esto: el problema consiste precisamente en cómo extender nuestra utilización de recursos más allá del campo del control de cualquier mente y, en consecuencia, cómo deshacernos de la necesidad del control consciente; y cómo crear incentivos para que los individuos hagan lo que es deseable sin que ninguno tenga que decirles lo que tienen que hacer.
De F. A. Hayek. El orden de la libertad. 1945